Se trata de un centro de agroturismo en plena naturaleza , entre viñedos, en la Toscana. El trato con los propietarios fué muy familiar y cercano, atendiendo cualquier necesidad que pudiéramos tener con diligencia . Durante la semana de alojamiento nos movimos desde ahí por toda la región. Los propietarios, Paola y Graziano, són viticultores, y elaboran tintos y Vinsanto, éste último delicioso con los cantucci. Laura, que les ayuda en el centro, también es encantadora. Todo ello ha contribuido a conseguir un viaje delicioso.